lunes, 5 de abril de 2010

Investigacion israeli sobre el funcionamiento de la mente

Una nueva investigación que tuvo lugar en la Universidad de Haifa logró identificar a una proteína específica, esencial para el proceso de la consolidación de la memoria a largo plazo. Este es el último de varios de los descubrimientos que nos conducen hacia un mejor entendimiento de uno de los procesos más complejos en la naturaleza – el proceso de la creación de la memoria y la consolidación en el cerebro humano. Esta última investigación fue publicada recientemente en el prestigioso journal Nature Neuroscience.

El cerebro humano constantemente recibe estímulos sensoriales del mundo exterior: Visuales, tactos, gustos, olores, ruidos. Una fracción muy pequeña de estos estímulos que son registrados en la memoria a corto plazo, en realidad llega a formar parte de nuestra memoria a largo plazo. En estudios anteriores en el laboratorio para "Mecanismos Moleculares de Aprendizaje y Memoria", en la Universidad de Haifa, identificaron una proteína conectada con la cualidad de memorias a largo plazo. En el estudio corriente, los investigadores deseaban entender como las memorias a largo plazo se estabilizan.

El equipo de investigación conducido por el catedrático Kobi Rosenblum, Director del Departamento de Neurobiología y Etología en la Universidad de Haifa, y la estudiante (Ph.D.) Alina Elkobi conjuntamente con las Dra. Katya Belelovsky y Dra. Liza Barki y con la cooperación de la Dra. Ingrid Ehrlich del Instituto de Friedrich Miescher en la Universidad de Basilea, Suiza, buscaron una proteína que está presente durante el proceso de la formación de la memoria y es realmente un factor esencial en el proceso.

Utilizando el gusto en los ratones como una manera de aprender, los investigadores encontraron la inducción relacionada con el aprendizaje de la proteína PSD-95 en la corteza cerebral "centro de gusto" durante el proceso de la creación de memoria. Sin embargo, cuando los ratones fueron expuestos a gustos conocidos, PSD-95 no fue inducido en este centro de la corteza cerebral.

A fin de demostrar que PSD-95 es esencial para el proceso de la creación de la memoria, los investigadores usaron a dos grupos diferentes de ratones que se habían sometido a las mismas pruebas para el aprendizaje a través del gusto. Usando la ingeniería genética, los investigadores pararon el proceso de la producción PSD-95 en las neuronas "del centro de gusto" en la corteza. El grupo cuya producción PSD-95 fue parada no tenía ninguna memoria de nuevos gustos, mientras que el otro grupo recordó los gustos – demostrando que una nueva memoria fue creada cuando PSD-95 fue inducido y que la información desapareció del cerebro cuando la proteína no fue inducida.

El estudio continuó examinando el efecto de la producción PSD-95 en memorias existentes. Los ratones que habían sido introducidos en ella y recordaron ciertos gustos fueron genéticamente manipulados para dejar de producir la proteína y ellos todavía recordaban los gustos – demostrando que mientras la inducción PSD-95 es esencial para la creación de memoria, su ausencia no afecta la retención de la memoria.

El proceso de la creación de memoria a largo plazo en el cerebro humano es uno de los procesos increíbles que es tan claramente diferente del "cerebro artificial" como aquellos en una computadora. Mientras "un cerebro artificial" absorbe la información e inmediatamente lo guarda en su memoria, el cerebro humano sigue tratando la información mucho después de ser recibido, y la calidad de memorias depende de cómo la información es procesada. Uno de los primeros procesos que son afectados en enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer y Parkinson es la adquisición y el procesamiento de la memoria.

En esta investigación identificamos una proteína específica, entre muchas otras activas en la sinapsis del cerebro, cuya producción es esencial para tratar y recordar la información que el celebro recibe. Cuando más entendamos los procesos y elementos implicados en este complicado proceso, más pronto seremos capaces de desarrollar medicamentos que retrasarán la progresión de enfermedades degenerativas cognoscitivas y permitirán a pacientes seguir con las funciones normativas," explica el Prof. Rosenblum.

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